5.1.10

Steve Englehart: Caballero entre caballeros... oscuros

A mediados de los años ´70, corren malos tiempos para DC Comics. La mayoría de los grandes talentos del noveno arte en EEUU se encuentran en ese momento en Marvel, la compañía que triunfa con el desarrollo de nuevas ideas que la sitúan a la vanguardia del mundo del comic. En un intento por aportar una más que necesaria ráfaga de aire fresco a DC, su presidenta Jenette Kahn contrata a uno de los más destacados talentos de la Marvel, Steve Englehart. La idea inicial es que se ocupe del relanzamiento de la Liga de la Justicia, pero pronto manifiesta su deseo de tomar las riendas de su personaje favorito, Batman. Steve se propone devolver al personaje a sus raíces oscuras, que en ese momento se hallan más olvidadas que nunca debido a la influencia de la serie de televisión. Es cierto que, en el comic, Dennis O´Neil y Neal Adams habían hecho ya grandes esfuerzos por devolver al personaje su condición oscura, pero la imagen que predomina en la conciencia del gran público es la de la citada teleserie de los ´60. En su afán por traer de vuelta la esencia original del personaje, Englehart empleará como principal fuente de inspiración el Batman de Bob Kane y Bill Finger, documentándose ampliamente a partir de los comics de esa etapa. También guardan gran importancia para él etapas posteriores que supondrán grandes aportaciones para el personaje, sobre todo en su aspecto gráfico. El Batman de Dick Sprang es una muestra del extraño y en ocasiones colorista mundo en que se desenvuelve el Señor de la Noche; y la versión de Neal Adams lleva al personaje a un nivel de realismo nunca antes visto. La intención de Englehart es aunar la humanidad y el realismo de un personaje de gran trasfondo psicológico con el tenebrismo del estrafalario mundo que le rodea, con especial atención a los extravagantes y coloristas villanos. El éxito de su objetivo es tal que su estancia al frente de los destinos del Caballero Oscuro dará lugar a lo que muchos llaman hoy “el Batman definitivo”.

La etapa de Steve Englehart como guionista dará comienzo en Detective Comics nº469. En este número y en el siguiente, Walter Simonson y Al Milgrom se encargarán de la parte gráfica, siendo realizados los guiones al estilo Marvel. El villano en estos dos números es el Doctor Fósforo, personaje basado en una idea original de un colega de Simonson.

Sin embargo, lo realmente interesante de este primer acto es la presentación de dos personajes clave que vertebrarán el argumento de toda esta etapa: Silver St.Cloud y Rupert Thorne. Silver es la mujer destinada a convertirse en el gran amor de Bruce Wayne, condición que ninguna de las anteriores mujeres en su vida ha alcanzado al tratarse solamente de herramientas argumentales en sus aventuras; como, según Englehart, puede ser el caso de Catwoman o Talia. En esta ocasión, el objetivo será hacer de Silver una mujer a la altura de las expectativas de Bruce, una auténtica mujer adulta con verdadera personalidad y una elevada intuición que pondrá a prueba al Señor de la Noche.

En cuanto a Rupert Thorne, el personaje se convierte en el punto de partida de una interesante y nueva premisa sobre la situación del Señor de la Noche en relación a su entorno. Thorne, el pérfido alcalde con oscuras pretensiones, saca a relucir la dudosa legalidad de las acciones de Batman y le declara un fuera de la ley. Se nos revelará sumamente interesante la manera en que el Caballero Oscuro afrontará la nueva situación como individuo en búsqueda y captura.

Así pues, Englehart ha establecido ya las bases sobre las cuales se sustentará el desarrollo de la trama en futuros episodios en los que aguardan grandes sorpresas. El guionista realizará seis números más, en esta ocasión sin conocer quién será el dibujante, lo que le otorgará una mayor libertad creativa. Al final, los elegidos para dar vida a su guión serán Marshall Rogers y Terry Austin, que han realizado ya unas páginas de complemento para Batman que les han valido duras críticas de algunos de los grandes ejecutivos de DC, como Paul Levitz. Sin embargo, el intenso apoyo de los lectores les otorgará esta oportunidad, que Rogers no duda en aprovechar al máximo, poniéndose manos a la obra para dar lo mejor de sí mismo.

En los números 471 y 472 de Detective Comics, la labor de documentación de Englehart con los comics de Bob Kane se hace notar en un acontecimiento largo tiempo aplazado: el regreso de Hugo Strange, que permanecía en el limbo desde su primera y única aparición en Batman nº1, de 1940. Steve Englehart se propone hacer de su etapa algo impactante, destinado a ser recordado, y no duda en introducir importantes e inesperados acontecimientos que despiertan como nunca el interés del lector por el destino de los personajes. Es así como ocurre lo nunca visto y Hugo Strange descubre la identidad secreta como Batman de Bruce Wayne. Posteriormente seremos testigos de la subasta en la que ofrece la identidad secreta de Batman al mejor postor. Entre los ilustres asistentes se encuentran Joker, el Pingüino y Rupert Thorne. Este último no tiene intención de pagar un solo dólar, y acaba secuestrando a Strange y amenazándole para que le revele la identidad de Batman. Al final, el desprecio de Hugo hacia el alcalde corrupto es más grande que su miedo, y acabará llevándose su secreto hasta la tumba. O eso quisiera Thorne.

El siguiente episodio, en Detective Comics nº473, comienza con los secuaces de Thorne lanzando el cadáver de Strange al río. Pero el villano no había regresado después de casi 30 años para morir así como así. Durante sucesivos episodios, su fantasma atormentará a Thorne, quien comienza su imparable declive. Este nuevo número supone un paso más en la vuelta a los orígenes que Englehart está acometiendo, ya que en esta ocasión se propone enfatizar un aspecto fundamental y a menudo olvidado del Batman original: sus habilidades como detective. En este episodio, Batman y Robin deberán emplear al máximo su intelecto para desbaratar los siempre peculiares y extravagantes planes del Pingüino. En el número siguiente, Englehart pretende usar a Joker, pero se le insta a sustituirlo por Deadshot, un olvidado y no demasiado carismático villano que apareció en Batman nº59. Aunque no demasiado contento con la imposición, Englehart sigue dando lo mejor de sí mismo y convierte a un personaje bastante anodino en un nuevo y mejorado Deadshot que en esta ocasión sí supone un importante desafío para el Señor de la Noche. El guionista consigue su objetivo una vez más, haciendo del villano alguien interesante y actualizándolo con éxito a los nuevos tiempos.

El combate contra Deadshot se desarrolla sobre una máquina de escribir gigante, en lo que supone una vez más una referencia explícita a los primeros comics del Señor de la Noche, en que las luchas tenían lugar entre grandes artilugios. Además, Englehart inicia la moda de rendir tributo a los creadores de esos primeros comics, otorgando, por ejemplo, el nombre de Finger al callejón a través del cual Batman accede al ático que en ese momento usa como Batcueva. Además, el nombre del legendario Jerry Robinson será empleado para designar al personaje que recomienda a Bruce Wayne la clínica donde se acabará topando con Hugo Strange.

Es de destacar la rápida evolución que el personaje de Silver St. Cloud muestra en estos números, haciendo gala de una fuerte personalidad que impresiona y atrae a Bruce Wayne. En los episodios de Hugo Strange, Silver acude decidida a pedir explicaciones a Bruce cuando sospecha que no es realmente él quien le atiende por teléfono. En el episodio de Deadshot, sorprende al lector y al propio Bruce al no dejarse engatusar por halagos fáciles y buscar en él una actitud sincera; un comportamiento inédito en las típicas novias-florero que se habían podido ver hasta entonces. Cuando al final del capítulo mira fijamente a Batman y descubre en su mirada a Bruce Wayne, queda claro que Silver no es en absoluto una novia al uso, sino alguien realmente especial destinada a permanecer en el recuerdo del lector. Pero aún no lo hemos visto todo.
Si la versión de Batman de Englehart es considerada por muchos como la “definitiva”, su Joker no va a quedarse atrás. Llega el número 475 de Detective Comics, y es la hora de que entre en escena el Payaso Príncipe del Crimen. Los lectores quedan maravillados por esta versión del Joker que supera las muchas precedentes. No se recuerda una actuación tan genial del personaje desde su misma creación en 1940, y es que hasta la fecha nadie había retratado de manera tan fiel la esencia original del más famoso enemigo del Caballero Oscuro. Su delirante plan de envenenar los peces para que muestren su misma sonrisa; y su forma de acabar con sus víctimas constituyen una versión exitosamente actualizada a los tiempos de los primitivos modos y maneras del Joker, recordando poderosamente lo narrado en Batman nº1, de 1940. Es destacable el memorable monólogo inicial, que a punto estuvo de ser arruinado por la actuación del editor Julius Schwartz, que prefería un diálogo con los secuaces. El dibujante Marshall Rogers percibe la genialidad de esas líneas y decide plasmarlas en sus dibujos tal y como son inicialmente, sin que el editor llegue a enterarse nunca.

En un encuentro con el ya desahuciado Rupert Thorne, Joker manifiesta su oposición al plan del mafioso de revelar la identidad secreta de Batman, enunciando una frase antológica: “¡El Joker debe tener a Batman!.. ¡No! ¡El Joker merece a Batman!”. Se expresa aquí la necesidad del villano por enfrentarse a un oponente a su altura y se deja establecida la complementariedad que existe entre los dos personajes, que les condena a estar permanentemente enfrentados en un bucle sin fin. Sobre esta misma idea se sustentará la trama de futuras obras maestras como La Broma Asesina o la cinematográfica The Dark Knight, en la que Joker espeta a Batman: “¡Yo no quiero matarte! Tú... me completas”.

Ya en el último episodio de la etapa, en Detective Comics nº476, se produce el enfrentamiento entre los dos eternos enemigos, que acaba con el clásico final del villano en que no se sabe a ciencia cierta si muere o no. Para culminar un final de antología, Silver St.Cloud termina con amargura su relación con Bruce, sabiendo que nunca podrá soportar la idea de que esté expuesto a la muerte permanentemente. Silver ya había mantenido un tenso encuentro con Batman en el que había demostrado su fortaleza, aguantando firme hasta que Batman abandonaba el lugar y entonces la dama se derrumbaba, abrumada por las circunstancias. Ahora, incapaz de asumir la doble identidad de su amado, se despide dejando a Batman solo bajo la lluvia, apesadumbrado pero dispuesto como siempre a continuar con su misión. Así, ese desenlace tan adecuado para el personaje supone el final de la etapa de Steve Englehart a los guiones, una etapa en la que, en contraste con la escueta narrativa actual en los comics, se han producido numerosos acontecimientos verdaderamente importantes, que van a ser determinantes en el futuro devenir del personaje.

Mientras estos episodios son publicados en EEUU, Englehart se halla de vacaciones por Europa, a donde partió sin conocer aún quién se encargaría del dibujo en sus comics. Piensa que, al haber en ese momento una auténtica escasez de talentos en DC Comics, el resultado final ha de ser forzosamente malo. Un día, mientras descansa en Mallorca, recibe un paquete con los comics publicados y queda profundamente sorprendido. Lo que ve es exactamente la manera en que imaginaba todo, y es que el dibujante Marshall Rogers ha conseguido retratar a la perfección el mundo del Señor de la Noche. El artista lleva un paso más allá el exitoso diseño realista de Neal Adams, y plasma un Batman cuya figura queda definida por su capa, la cual contribuye a enmarcarle en un espacio oscuro y le otorga la profundidad y el tenebrismo necesarios. Su genial y novedoso diseño del Joker supone también una auténtica revolución y quedará para siempre en muchas retinas como el definitivo. La narrativa gráfica empleada es visualmente rompedora y muy dinámica, toda una sensación para la época.

Steve Englehart ha sobrepasado con creces su objetivo. Ha conseguido crear una encarnación de Batman que supone, hasta la fecha, la más acertada interpretación de la esencia original del personaje. Ha logrado elevar la condición del Señor de la Noche en la conciencia de los aficionados, alejándolo de la nociva influencia de la serie de televisión. Para el guionista, Batman es sin duda el mejor superhéroe del comic, pues su carencia de superpoderes lo hace especialmente interesante, aunque no sea sólo eso lo que lo convierte en único. Lo que realmente atrae a Englehart es la propensión del personaje a adoptar como norma de vida la de dejarse llevar hasta el límite, siempre al borde del abismo de locura en que podría caer si da un paso más. Esa profunda comprensión de ciertos conceptos fundamentales ha sido sin duda vital en la creación de la mejor etapa del personaje vista en muchos años.

Desde su publicación hasta el día de hoy, la etapa de Steve Englehart al frente de Detective Comics ha gozado de un puesto privilegiado entre las grandes historias de Batman de todos los tiempos en la conciencia de muchos aficionados. Ello ha originado una gran demanda para la reedición de estas historias, que se traduce en distintas recopilaciones a lo largo de los años. A mediados de los años ´80, aparece la miniserie de cuatro números The Shadow of the Batman, que presentaba dos episodios originales en cada número. Ya en los años ´90, con la política de DC Comics sobre tomos recopilatorios, sale a la venta el libro Strange Apparitions, reeditado en varias ocasiones, que recoge toda la etapa. Además, las historias de Englehart aparecen en los volúmenes antológicos de Las Mejores Historias de Batman (volumen 1 y 2) y Las Mejores Historias del Joker.

La popularidad de que disfruta la etapa de Englehart provoca que sea el primer elegido para escribir un primer borrador del guión de la primera película de Batman de la era moderna, que sería estrenada en 1989. En este primer esbozo, Robin muere a manos de un malhechor, en un intento de Englehart por dar a esta nueva versión un aire claramente distintivo de la por entonces popular serie de televisión de 1966, omnipresente en la conciencia americana como definición del personaje de Batman. Al final, el guión definitivo de Sam Hamm tomará elementos del primer borrador de Englehart aunque, por ejemplo, los personajes de Silver St.Cloud y Rupert Thorne son sustituidos por los de Vicky Vale y Carl Grissom.

Además en la mítica serie de animación de Batman de los ´90, las historias de Englehart son adaptadas en dos capítulos. El episodio “El extraño secreto de Bruce Wayne” presenta la historia de cómo Hugo Strange descubre la identidad secreta de Batman y la subasta a los principales malhechores de Gotham City. Mientras, el excelente capítulo “El pez sonriente”, con guión de Paul Dini, ofrece una genial traslación de la historia de Englehart a la pequeña pantalla, con especial interés en el memorable monólogo del Joker reclamando sus derechos de autor.

Hemos de mencionar también la miniserie de comic Dark Detective, realizada ya en 2005 por Steve Englehart y Marshall Rogers, que, casi 30 años después, vuelven para ofrecernos la secuela de la etapa del “Batman definitivo”. Silver St.Cloud vuelve a la vida de Bruce Wayne mientras el Joker hace de las suyas con un nuevo y delirante plan para tomar el control de la ciudad. En esta ocasión aparecen también Dos Caras y El Espantapájaros como villanos estrella.

La influencia de la etapa de Steve Englehart se revela determinante en la posterior evolución del personaje, que no sería lo que es hoy de no ser por este genial “Batman definitivo” que dejó establecidas muchas de las bases y conceptos necesarios para crear una buena historia sobre el Caballero Oscuro. Siempre será una buena etapa a la que recurrir cuando, por desgracia, el lector de comics necesite recordar tiempos mejores.

Por Jorge González Román