20.5.09

JASON TODD: CON ÉL LLEGÓ LA POLÉMICA


El caso de Jason Todd es especialmente llamativo dentro del universo batmaniano, pues hablamos de un personaje que suscita en el lector muy distintas sensaciones según la época del cómic en que nos encontremos. Si hemos de citar un elemento que haya levantado polémica entre los aficionados, entre los primeros puestos se encuentra sin duda este personaje. Su trayectoria en los cómics de Batman ha sido especialmente tormentosa, y casi todos los acontecimientos producidos en torno a él han sido motivo de reacciones encontradas entre los fans, que casi nunca se han sentido a gusto con el tratamiento otorgado al segundo de los jóvenes que llegaron a convertirse en Robin.


El personaje es introducido en los cómics en la etapa en que Len Wein, como editor, se encuentra al frente de los destinos del Señor de la Noche. En 1983, en Batman 327, somos testigos de la primera aparición de Jason, artista circense amigo de Dick Grayson que sufrirá unos acontecimientos casi calcados a los que dieron origen al primer Robin. En esta ocasión, los padres del chico encuentran la muerte a manos de Killer Croc, en Detective Comics 526, donde el joven se enfunda ya un traje similar al de Robin. Es así como la polémica acompaña al personaje ya desde su misma creación. En su inmensa mayoría, los aficionados rechazan a Todd al percibirlo como un mero usurpador del papel de Dick Grayson, con muy poco que aportar al rol de acompañante del Hombre Murciélago. Sea como sea, Dick abandonará definitivamente el papel de Robin en los meses siguientes adoptando una nueva identidad como Nightwing. Todo discurre según lo previsto y, sin que suponga ninguna sorpresa para nadie, Jason Todd asume el papel de Robin, ante la hostilidad de la gran mayoría de fans. El nuevo compañero de Batman se revela como un cansino y cuadriculado calco del anterior, y muchos autores se dan cuenta de que se ha perdido la ocasión de contar algo diferente. Con la aparición de la saga Crisis en Tierras Infinitas, llega una ocasión inmejorable para cambiar el origen de Jason Todd y así adaptar a los nuevos tiempos al quizá algo chirriante y trillado personaje de Robin, fomentando de esta manera un renovado interés por él.



Así pues, el guionista Max Allan Collins se pone manos a la obra y, en Batman #408-411, los números inmediatamente posteriores a Año Uno, crea un nuevo origen para Jason. Esta vez, se nos presenta a un joven inmerso en un entorno conflictivo, al que Batman siente que debe ayudar porque sus circunstancias pueden conducirle casi irremediablemente al mundo del crimen. El chico es un huérfano hijo de un criminal al que asesinó Dos Caras, con su madre en paradero desconocido. Batman le sorprende intentando robarle las ruedas del Batmóvil y ve algo en él, decidiendo acogerle para apartarle del mal camino y darle una nueva oportunidad en la vida. Es así como el gran potencial que encierra el joven le permite ser entrenado como el nuevo Robin, ayudando a Batman a desarticular la banda de Dos Caras en una de sus primeras misiones como superhéroe.

Esta nueva versión resultará sin duda alguna mucho más interesante y aportará una nueva visión sobre el personaje de Robin, convertido ahora en un adolescente problemático e impulsivo, marcado por el entorno hostil en el que ha crecido. En esta ocasión, no es sólo un acontecimiento traumático el que marca el destino del personaje, como en los casos precedentes de Bruce Wayne y Dick Grayson; sino que toda la existencia de Jason ha estado rodeada por circunstancias adversas. Es esta situación la que le confiere un carácter rebelde y agresivo, desafiando en ocasiones las propias órdenes de Batman. Muchas veces adoptará una actitud demasiado temeraria en la lucha contra el crimen, circunstancia que ocasiona no pocos quebraderos de cabeza al Señor de la Noche. Es precisamente esta nueva caracterización la que despierta una vez más las reacciones airadas de muchos aficionados, que cada vez detestan más al personaje. La opinión generalizada es que este niño contestón y desairado, traidor a la esencia del personaje de Robin, no está a la altura del puesto que ocupa. En comics más recientes se vuelven a contar detalles del origen y los primeros pasos de Jason Todd, desde una perspectiva más moderna y libre de la presión de los fans. Es el caso de Nightwing: Año Uno o los flashbacks de Under the Hood, en los que somos testigos de la actitud conflictiva del joven.

Siguiendo con la cronología del personaje, el desarrollo de su nueva encarnación post-Crisis será conducido en exclusiva por el guionista Jim Starlin, que, en principio, le hace aparecer en dos de sus historias más recordadas: Las Diez Noches de la Bestia y The Cult, sin que de momento el chico llame excesivamente la atención. Starlin muestra una opinión muy clara sobre el personaje de Robin, y es que según el escritor Batman está mucho mejor sin él, ya que el chico supone un obstáculo para crear una caracterización adecuada de un solitario y oscuro Señor de la Noche. Así pues, las intenciones del guionista no hacen esperar un futuro demasiado halagüeño para este segundo Robin. Es así como, en Batman#422, la preocupación del Caballero Oscuro es considerable cuando percibe que Jason emplea la violencia como medio de castigo, expresando además abiertamente su desprecio por la vida de ciertos criminales. En Batman#424, las cosas se ponen ya muy feas, con la duda sobre si Robin arroja a un narcotraficante por la ventana o si el criminal cayó accidentalmente. Con los antecedentes del chico, parece estar claro que ha decidido tomarse la justicia por su mano. Así pues, la situación es ahora extremadamente grave, y va a desembocar en un relato que hará historia: Una Muerte en la Familia, obra de Jim Starlin y del dibujante Jim Aparo.



A finales de 1988, está ya a punto de producirse uno de los acontecimientos más importantes de la cronología batmaniana y del mundo del comic en general. La historia Una Muerte en la Familia comienza en Batman#426, donde el torturado Jason Todd encuentra documentos perdidos de su desaparecida madre y se lanza en su búsqueda por todo el mundo. No tarda en ser seguido por Batman, y juntos acaban en Etiopía, donde descubren a Sheila Haywood, la verdadera madre del chico. La mujer está siendo chantajeada por el mismísimo Joker, que se encuentra también fuera de Gotham, implicado en negocios relacionados con el terrorismo internacional. Ante la gran peligrosidad de la situación, Batman dirige estrictas órdenes a Robin que éste, por supuesto, desoirá. Es así como, al final de Batman#427, tras sufrir una brutal paliza a manos del Joker, el chico acaba encerrado junto a su madre en un almacén, a expensas de la cuenta atrás de una bomba que el villano ha colocado allí. Y el resto... es historia.

Como es sabido, ha llegado aquí el momento crucial del experimento que el editor de los comics de Batman, Dennis O´Neil, lleva un tiempo preparando. Los lectores pueden decidir ahora el destino de Robin. Tienen dos días para llamar a un número de teléfono o a otro, dependiendo de si desean que acabe muerto o que se salve. Esta atrevida y novedosa artimaña es objeto, cómo no, de una nueva y esta vez muy encendida polémica. El revuelo ocasionado es considerable, y muchos grandes medios de comunicación se interesan por la iniciativa, posicionándose generalmente en contra de la posibilidad de matar a un personaje como Robin, icono cultural americano. Algunos lectores expresan su profundo disgusto por esta maniobra en su opinión muy poco seria que, como O´Neil recuerda, llevaba a algunos a considerar que “DC ha convertido sus publicaciones en un circo romano”. Pero también muchos aficionados se muestran satisfechos con la idea, ya que va a permitirles intentar separar de Batman a ese incómodo apéndice que es según ellos Robin.

Sea como sea, la votación será muy ajustada, con márgenes muy estrechos entre una y otra opción. El resultado fluctúa continuamente, hasta que, a las 20:30 del 16 de septiembre, sale a la luz el implacable veredicto de los lectores: por 5343 votos contra 5271, Jason tiene que morir. Robin puede descansar en paz.

Dennis O´Neil no se arrepiente de haber llevado a cabo esta iniciativa, que ha conseguido el objetivo que él se había propuesto. Ha logrado atraer la atención de los medios hacia el comic y hecho sobresalir a DC como la compañía que se atrevió a hacer lo que nadie nunca había hecho antes. Cuando O´Neil manifiesta que su labor será más difícil con Robin muerto, hay pocas razones para creerle. Es evidente que se pretendía un golpe de efecto así para mantener el interés de los lectores, y que la nueva situación deja las puertas abiertas a la creación de un posiblemente más interesante nuevo Robin, además de fomentar un necesario y llamativo cambio en el por entonces excesivamente inamovible status quo del Caballero Oscuro. En Batman #428, el Señor de la Noche acoge entre sus brazos el cuerpo inerme de Robin, en una imagen antológica que se convertirá en punto de referencia durante los años venideros.



Durante su trayectoria por los comics de Batman, Jason Todd parecía no encontrar nunca su sitio, provocando siempre las iras de los lectores con cada polémico acontecimiento que se producía en torno a él. Es irónico que, con su muerte, el personaje haya encontrado por fin un lugar adecuado en el universo de Batman. En los años siguientes, Jason se convierte en una imprescindible y constante referencia a los peligros de la misión del Señor de la Noche, a los riesgos que conlleva implicar a otras personas en su lucha. El traje del segundo Robin permanece ahora en una solitaria vitrina de la Batcueva como permanente recuerdo de la tragedia, como símbolo de los fallos que Batman no puede permitirse. El Caballero Oscuro ya nunca más estará seguro de contar con los demás en su misión, retrayéndose aún más en sí mismo por miedo a poner en peligro a otros. Así pues, el personaje de Jason se ha convertido en un punto de referencia vital de nuevos e interesantes aspectos en la personalidad de Batman.

Pero, tras casi veinte años de comics con frecuentes referencias a la tragedia de Jason, el personaje volverá al primer plano de la actualidad, y una vez más, va a generar polémica. Una polémica nunca antes vista e indudablemente justificada esta vez. Y es que, en ocasiones, parece que la historia fuera cíclica. El mismo deseo de llamar la atención que Dennis O´Neil albergaba en 1988 vuelve a DC Comics en el siglo XXI, esta vez con el editor Dan Didio como responsable. Si la historia de O´Neil trajo consigo un cambio que hizo más interesante el status quo de Batman, esta vez el golpe de efecto será descaradamente zafio y estúpido, denotando una muy preocupante falta de ideas.

Para desesperación de la gran mayoría de aficionados, Jason Todd resucita. Se trata de una monumental estupidez que solamente puede entenderse como una llamativa y grosera maniobra comercial que no lleva a ningún lado. Con su muerte, el personaje cumplía perfectamente su función en el universo batmaniano, y se elimina ahora sin razón alguna uno de los principales pilares del status quo de Batman. El guionista Judd Winick es el encargado del desarrollo del arco argumental que lo contará todo: Under the Hood. Dejando aparte la infame decisión sobre la resurrección, nos encontramos con unos números aceptablemente escritos, con una correcta caracterización de los personajes y un atractivo grado de suspense. El nuevo Jason Todd es ahora Capucha Roja, un justiciero violento e implacable que asesina sin piedad. Descubriremos que su odio por Batman se debe a que no entiende por qué el Caballero Oscuro no ha sido capaz de acabar de una vez por todas con quien le asesinó tan brutalmente: el Joker. En Batman Annual #15 seremos testigos de la desafortunada y muy manida explicación sobre la resurrección de Jason, muy relacionada con los acontecimientos cósmicos que dan origen a la Crisis Infinita en el universo DC.



En cuanto a las adaptaciones del mundo de Batman para otros medios, Jason Todd no ha aparecido en ninguna de ellas. Sin embargo, muchos de los rasgos de su personalidad pueden verse en el Robin cinematográfico de Batman Forever (1995). Aunque el personaje responde al nombre de Dick Grayson y comparte su origen circense, su carácter marcadamente rebelde e impulsivo corresponde a la actitud de Jason en el comic. El Robin de la pantalla grande muestra una actitud vengativa que recuerda a la excesiva beligerancia de Jason con los villanos. Esta situación es consecuencia del deseo de los responsables del film de crear un Robin mezclando características de sus distintas encarnaciones en el comic, intentando adaptar al personaje a los tiempos con una caracterización pretendidamente más moderna.

Puede citarse también el caso del Robin que, en el new look de Batman: The Animated Series, aparece como Tim Drake. A pesar del nombre, el chico comparte con Jason su origen, con su padre como víctima de Dos Caras; y su muerte a manos del Joker, relatada en la película de animación Batman Beyond: El regreso del Joker.

En la más inmediata actualidad, parece ser que Jason Todd seguirá dando que hablar en el comic. Las últimas noticias apuntan a que podría ser protagonista de nuevas maniobras comerciales, tristemente habituales en los últimos tiempos. Sin embargo, en la mente de todo aficionado, Jason permanece como la referencia que siempre debió ser. Un siniestro traje vacío en la Batcueva, al que un torturado Batman mira continuamente con desconsuelo.

Por Jorge González Román

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